Profesionalización de la función directiva

En no pocos informes y otros documentos elaborados por organismos y foros internacionales, contentivos de datos, análisis, tendencias, proyecciones y políticas sobre el desarrollo de la educación se hace referencia explícita a la necesidad de profesionalizar la función de los directores escolares. Algunos ejemplos de ello son:


“La investigación y la observación empírica muestran que uno de los principales factores de la eficacia escolar, si no el principal, es el director del centro (...) Por tanto, es necesario velar para que la dirección de los centros escolares sea confiada a profesionales cualificados” (Informe Delors, UNESCO, 1996).


En el documento “Hacia una nueva etapa de desarrollo educativo” de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe (UNESCO/OREALC) se hacen otros planteamientos al respecto:


• “Al director de la escuela se le pide que  asuma su cargo no sólo como una etapa dentro de una carrera funcionaria, sino como una posición moral, intelectual y funcional, desde la cual tiene la posibilidad de conducir un establecimiento y de imprimirle una dirección. Así, más que meros administrativos se requiere de líderes docentes capaces de dirigir y que sean a la vez eficientes organizadores."(“Hacia una nueva etapa de desarrollo educativo” de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe, 1993).


• “Debido a las necesidades que presenta el nuevo modelo de gestión escolar, el director del establecimiento debe tener competencias organizativas especializadas e instrumentos adecuados para su desempeño. “


• “En esta visión, el director es el responsable del funcionamiento del establecimiento y de los resultados de los aprendizajes de los niños. Para ello deben compatibilizarse las necesidades de formación específica con cierto grado de estabilidad y con normas flexibles de carrera directiva que incluyan incentivos.”


Muchos expertos en cuestiones educativas como el español José María Ruiz Ruiz y la argentina María A. Abrille de Vollmer se han referido también a la necesidad de la profesionalización de la función del director escolar:


• "En un futuro próximo se vislumbra una nota común en casi todos los países: su mayor profe¬sionalidad. La evolución del perfil de los directores ha oscilado desde unas funciones exclusivamente pedagógicas hasta otras más relacionadas con la gestión, administración y hasta el marketing, que en estos momentos se va imponiendo con las mayores exigencias de la sociedad, son factores que intervienen para generar este perfil en los directores de centros."(Ruiz Ruiz, J., 1994).


• "Fortalecer la función del director para el ejercicio de un liderazgo democrático y responsable, y avanzar en la búsqueda de alternativas para la elección de un profesional que combine criterios de competencia profesional y conocimientos teóricos, con legitimidad del liderazgo y aceptación de su autoridad, será sin lugar a dudas, una prioridad para los gobiernos."(Abrile de Vollmer, M., 1996).


Tales referencias sirven para confirmar la existencia de un consenso sobre el reconocimiento de la necesidad de profesionalizar la función de los directores escolares.


Resulta necesario destacar que tal demanda no sólo está presente en el sector de la educación. Al respecto señala Longo (2002) , que a su vez refiere a Losada (1999) y Murray (2000): “El problema es que los sistemas tradicionales de función pública o servicio civil carecen, en general, de la capacidad para producir perfiles directivos en la proporción requerida por las reformas. Tampoco disponen de mecanismos aptos para estimular la práctica gerencial debidamente. Por ello, la profesionalización de los directivos se ha convertido en una prioridad para los reformadores, y ha exigido concentrar políticas específicas de Gestión de Recursos Humanos en la franja superior de los sistemas de Servicio Civil".


El término profesionalización, como concepto general, ha sido objeto, de múltiples definiciones.


Pérez, M., (1996) señala: "Es un proceso que tiene su génesis en la formación escolarizada del individuo, mas alcanza su plenitud en la Educación Avanzada. (…) Posee como esencia la reorientación o especialización, según el caso, de los recursos laborales calificados, para que estos logren alcanzar la eficiencia en la adquisición y/o desarrollo de las competencias básicas exigidas por el modelo del profesional".


La propia autora lo caracteriza como un “proceso educativo, organizado y desarrollado científicamente” que ha de producirse necesariamente en el marco del “vínculo de la teoría con la práctica” y donde convergen dialécticamente” la superación, la producción de conocimientos y el desempeño profesional.”


Medina Rivilla (1994) que llama desarrollo profesional, a lo que se está aquí entendiendo como profesionalización, dice al respecto: "... es el modo peculiar de asumir y reelaborar la formación en coherencia con las demandas educativas y las necesidades concretas de cada contexto institucional, desde el cual diseñar el conjunto de procesos singulares que afianzan la vida formal, académica y profesional del equipo y de cada miembro".


Valiente, P., (1997) , lo define como “…un proceso pedagógico, formalizado, de carácter histórico-concreto, que se inicia en el nivel de enseñanza en que se formó el egresado; pero tiene su mayor intensidad y concreción en la etapa posterior al egreso; que parte de la determinación de los problemas y necesidades educativas de los sujetos y de las exigencias derivadas del encargo social; requiere de una dirección con enfoque sistémico; y tiene como fin alcanzar la profesionalidad del sujeto y elevarla a niveles superiores.”


Muchos de los autores consultados (Estruch Tobella, J. ; Herrera, M. ; Obin, J-P.; Gairín Sallán, J. ; Álvarez Fernández, M. ; Unceta Satrústequi, A. ) durante el estudio comparado “Algunas tendencias en la formación y superación de los directores escolares en países de Iberoamérica” , algunos de los cuales no han tenido como intención en sus trabajos el tratamiento teórico del concepto profesionalización del director escolar, han aportado elementos que permiten establecer los rasgos esenciales que conforman su contenido y la aproximación a una definición sobre el mismo.


La profesionalización de la función del director escolar puede ser definida como un proceso dirigido, formalizado, que se produce a través de la formación, el ejercicio del cargo, la dedicación exclusiva o cuasi - exclusiva, y la continuidad, y ha de tener como resultado el alcance de los niveles de profesionalidad y desempeño profesional que exige la dirección de las instituciones escolares, en correspondencia con las demandas sociales expresadas en las directrices que conforman la política educativa.

 


Valoración crítica de la formación del director

Parece claro que el modelo de formación de directivos debe ser coherente con el modelo de dirección y el modelo de organización del centro escolar. No obstante, la coherencia es difícil de lograr, ya que nos encontramos con dos dificultades añadidas relacionadas con la naturaleza que caracteriza a los centros educativos como organizaciones: la evolución del modelo organizativo y el cuestionamiento del actual modelo de dirección.

Realmente el problema está en como la Política Educativa vigente en España ve y aplica la formación del Director. En este artículo se comenta y valora el sistema vigente de formación de directivos visto desde el contexto en el que se desenvuelve y del modelo directivo del que forma parte.

El estudio comparado sobre los modelos de dirección en Europa y EE.UU pone de relieve que en casi todos los países se exige, o por los menos se tiene en cuenta, una formación específica previa a los candidatos a Director; además, la experiencia en el cargo y los años como profesor suelen ser unánimemente valorados. Pues bien, el caso español es peculiar, ninguno de estos dos aspectos es requisito fundamental; ni tampoco se realiza un riguroso y completo sistema de selección.

Aunque la situación en nuestro país está cambiando, y las iniciativas tomadas reflejan la preocupación que el tema despierta después de un largo período de incertidumbre, lo cierto es que la formación de Directores por parte de la Administración Educativa se inició como una medida tardía y con cierto carácter correctivo. Resulta cuanto menos sorprendente comprobar la ausencia de previsión por parte de la Administración cuando reguló la LODE, al no ofrecer paralelamente un programa de formación previa y en ejercicio para quienes estaban dispuestos a ser Directores. Se consideró que con que los Directores fueran docentes y tuvieran algunos años de experiencia en la escuela, era suficiente. Solo ante la evidencia de este error ha comenzado el cambio.


Se han realizado encuestas a diferentes personas tanto directores como exdirectores de centros escolares. Una de las preguntas realizadas fue la siguiente:

¿Ha recibido algún tipo de formación específica para ser director?

De la cual los resultados fueron los siguientes:
























De la cual se pueden extraer las siguientes conclusiones:

1) Algunos ex-Directores accedieron por oposición; por tanto su preparación fue previa, no posterior.

2) Los primeros "Directores democráticos" (ahora ex-Directores) lo fueron por clientelismo político, y consideraban que la urna era suficiente acreditación para gobernar la escuela (en buena medida ese fue el origen del descrédito de la dirección).

3) Los Directores actuales, están más concienciados de que su eficacia depende de su capacitación técnica más que de los eventuales apoyos sindicales, APAs, etc., por lo que se preocupan de formarse después de la elección.


Por otra parte se realizó la siguiente pregunta:

¿Qué nivel de preparación considera que posee actualmente para desempeñar la función de Director/a?

Cuyos resultados fueron los siguientes:













La mayoría de los encuestados considera que tiene un nivel medio alto (67,7%) para desempeñar actualmente la función directiva. Nivel que, como hemos visto, en muchas ocasiones ha sido adquirido siendo ya Directores, a través de la experiencia. No obstante es preocupante que el 18,6% de los Directores en ejercicio reconozca que su nivel para el desempeño de la dirección es medio bajo.
De todas formas estos datos hay que ponerlos bajo sospecha. Es curioso que en los ítems anteriores se hayan revelado las deficiencias formativas del Director, y sin embargo cuando se juzgan a sí mismos, más del 80% se consideran con un nivel superior a la media. ¿Es que sólo están faltos de preparación "los otros"?. 


Estas encuestas muestran datos muy interesantes y que deberían ser tenidos en cuenta a la hora de elaborar leyes de educación. El cargo de director, debido a su especial importancia en el funcionamiento del centro escolar, debería de estar en manos de personas que de verdad estuvieran capacitadas para desempeñarlo correctamente en todos sus ámbitos.


En nuestro país se le da demasiado poca importancia a la educación más allá de la palabrería vertida en los mítines políticos y esto debe empezar a cambiar desde este mismo momento. Los profesores y directores serán las personas que tomen decisiones a la hora de formar a futuros ciudadanos, y si éstas decisiones no son las más correctas influirán de forma muy negativa en el funcionamiento del país. Por ello la estructura debe empezarse por impartir una formación adecuada a los profesionales de la educación, y cada cargo debe de tener una preparación previa especializada para las distintas funciones que se desempeñen.


Iván Suárez Pérez






Requisitos para ser director según las diferentes leyes de educación